Consejos generales.
Sentirse bien siempre es importante y más especialmente durante la etapa del tratamiento oncológico.
Es vital buscar momentos de relax donde tú seas protagonista.
La alimentación, el cuidado de la piel, el descanso y el ejercicio físico, son cuatro pilares clave para lograr mejorar tu bienestar que te ayudará, a su vez, a afrontar la enfermedad.
Durante el tratamiento, el cuerpo, cabello o piel pueden experimentar algunos cambios, así que es el momento de adaptar los cuidados a las nuevas necesidades.
Ese tiempo que destinas a mimarte debe ser un rato agradable porque cuidar tu aspecto, además de mejorar tu estado de ánimo, disminuye el nivel de ansiedad, aumenta tu autoestima y facilita la interrelación con las personas que te rodean.
La mayoría de los tratamientos oncológicos producen alteraciones dermatológicas. Entre las más frecuentes están el picor y la sequedad, las infecciones, las manchas marrones faciales y/o corporales y las imperfecciones faciales como pérdida de luminosidad, incremento de la flacidez, manchas vasculares, hipersensibilidad de la piel al sol,…
Estas distintas modificaciones en la piel ponen de manifiesto la enfermedad pero, al mismo tiempo, tienen impacto sobre tu calidad de vida (tirantez, picor, malestar, dolor…).
Un cuidado dermocosmético adecuado es especialmente importante porque prepara la piel para los tratamientos:
– Disminuye la toxicidad cutánea.
– Minimiza los efectos secundarios que los tratamientos tienen sobre la piel.
– Favorece la adherencia al tratamiento.
– Contribuye a la recuperación de la imagen y al propio bienestar.
Durante este período, la limpieza y la hidratación son básicas. La piel suele ser más sensible y vulnerable a las infecciones y, de ahí, la importancia de incorporar rutinas de higiene e hidratación tanto corporal como facial con productos tan suaves y saludables como sea posible.
La sequedad cutánea aparece en la mayoría de los pacientes tratados con quimioterapia, debido a que estos fármacos inducen a una proliferación celular cutánea incrementada (la velocidad de renovación de la piel se acelera) con lo que se produce una pérdida excesiva de fluidos intercelulares con la aparición de una piel seca, descamativa y agrietada. A su vez, la sequedad deja la piel más sensible y, en este estado, cualquier roce o producto (incluidos los jabones y geles inadecuados) pueden provocar enrojecimiento, alergias, descamación y heridas.
También las áreas de piel sometidas a la acción de la radioterapia sufren problemas de sequedad y atrofia cutánea. En estos casos, es muy útil el empleo de sustancias hidratantes y emolientes, así como productos que aportan componentes de la barrera hidrolipídica que se pierde (ácidos grasos insaturados, omegas…).
Es muy importante que, si estás bajo tratamiento de quimioterapia o radioterapia, extremes las medidas de higiene de tu piel.
Sea cual sea tu tipo de piel, la limpieza cotidiana es imprescindible para la efectividad de cualquier tratamiento.
La suciedad que se acumula en la superficie de la piel a lo largo del día constituye el terreno predilecto para el desarrollo de microorganismos que pueden revestir niveles de peligro para la piel; la suciedad además resulta antiestética e impide el normal funcionamiento de la epidermis.
La limpieza del rostro debe hacerse dos veces al día:
– Por la mañana, para suprimir el exceso de sebo producido por la noche
– Por la noche, para eliminar los pigmentos de maquillaje y los restos de polución que se acumulan sobre la piel; pero no más, ya que las limpiezas excesivas acaban siendo irritantes.
La higiene corporal es, asimismo, imprescindible.
Acostúmbrate a las duchas cortas y temperatura templada, puedes darte un baño relajante o un hidromasaje pero no debes abusar de ellos. Utiliza productos de higiene suaves y poca cantidad; a continuación sécate con pequeños toques, sin frotar.
Aplica una loción hidratante corporal sobre todo el cuerpo y aprovecha para darte un suave masaje. Insiste en aquellas zonas especialmente secas. Si las palmas de las manos y/o las plantas de los pies presentan sequedad extrema, te recomendamos el uso de un producto específico para estas zonas; es muy importante que te los apliques antes de acostarte y en cantidad generosa para favorecer su acción hidratante.
Antes del tratamiento:
Una preparación previa de la piel ayuda a reducir los efectos secundarios. Una adecuada hidratación, con cosmética rica en principios hidratantes y oxigenantes, puede disminuir el riesgo de aparición de reacciones cutáneas.
La hidratación es una de las claves para una piel sana.
En todo caso es conveniente estudiar las nuevas necesidades de tu piel y, si no lo hiciste antes, sustituir o incluir nuevos productos más hidratantes y específicos, a ser posible sin aditivos sintéticos e innecesarios para el cuidado de la piel. Durante los tratamientos de quimioterapia, puedes estar más sensible a productos que antes no te producían ninguna reacción. Cremas, limpiadores, tónicos, jabones, geles y colonias pueden ahora provocar nuevas reacciones debido, fundamentalmente, a los diferentes compuestos como conservantes, colorantes, perfumes…
¿Qué usar?
* Los productos cosméticos que se deben usar tanto para la cara como para el cuerpo, han de ser lo más suaves posibles, a ser posible sin perfume, ni colorantes, ni aditivos sintéticos.
* Jabones y champús específicos con los mínimos detergentes posibles, que no incluyan nada de sosa ni espesantes químicos.
* Se ha de tener sumo cuidado, en la ducha o en el baño, en no frotar la piel con cepillos o esponjas y en no utilizar productos exfoliantes.
* Utilizar ropa holgada, si es posible de algodón o hilo, que son materiales poco agresivos para la piel y te aliviarán de picores y otros síntomas molestos.
Fuente: AECC y Fundación Stanpa
El cuidado de la piel con dulkamara bamboo.
dulkamara bamboo, cosmética biológica basada por productos muy activos y totalmente compatibles con la piel, es de gran apoyo para pieles que sufren los efectos secundarios de estos tratamientos. Son productos que contribuyen siempre a mantenerla equilibrada, aportando los nutrientes necesarios que necesita, en la concentración y dosificación correcta. Éstos penetran hasta el interior de la célula desde donde trabajan para mostrar al exterior una piel más saludable, espléndida y bella.
Ácidos grasos esenciales, oligoelementos, antioxidantes, vitaminas, aminoácidos, son principios activos de origen vegetal que hidratan, nutren, alivian y protegen la piel.
Elaborados con ingredientes de alta calidad:
* Con extractos de vegetales, aceites vírgenes y mantequillas de semillas y frutos oleaginosos procedentes de agricultura orgánica certificada.
* Los aceites esenciales son naturales, de origen ecológico y obtenidos mediante destilación (por arrastre de vapor) y expresión en frío.
* Sin materias primas de origen animal y no testado en animales.
* Sin colorantes ni perfumes sintéticos, vaselinas, aceites minerales, lanolinas…
* Sin el uso de ingredientes modificados genéticamente (OMG)
* Textura suave, untuosidad perfecta y gran capacidad de absorción.
Recomendación.
Ritual de limpieza suave:
Limpia la piel de tu rostro, cuello y escote por la mañana y noche. Aplicar Leche virginal bambú sobre un algodón y realizar suaves movimientos, siempre sin frotar.
Con este biolimpiador obtendrás una limpieza balsámica, un efecto tónico refrescante, oxigenación y nutrición que calma, alivia y proporciona relax a la piel. Puede utilizarse como desmaquillador por lo que, en estos casos, una segunda aplicación sería necesaria.
Ritual de hidratación:
Hidrata tu piel tantas veces como lo necesites a lo largo del día y nunca en menos de 2 ocasiones, por la mañana y por la noche. Aplica el producto con suavidad para facilitar su absorción y aprovecha para darte un masaje
relajante.
Facial: Crema facial hidro-nutriente.
Corporal: Bioemulsión reparadora.
Pulveriza sobre el rostro, cuello y escote Leche virginal bambú y, con la piel humedecida, aplica la emulsión , mañana y noche.
Opciones:
Crema bioactiva FP6 (una vez que la piel ha cicatrizado). En días soleados, por tener protección solar.
Aceite revitalizante: aplicar en vez de la crema, mezclado con Leche virginal bambú.